365 días, 52 semanas, 12 meses, 1 vida.


Nunca dejará de sorprenderme lo efímero de la vida, como un grito ahogado, congelado en el tiempo , como el incesante tic tac golpeando nuestros tímpanos…
A veces lo mejor es olvidarnos del reloj, perdernos en nuestro propio sin sentido, dejarnos llevar sin importar el cómo el cuándo o ni siquiera el porqué.
Ceder el pensamiento a los filósofos con nombres impronunciables de la talla de Aristóteles, Nietzsche y Wittgenstein a los que nunca me pareceré en lo más mínimo, perder la cabeza, amar y odiar al mismo tiempo, llorar de risa, aprender a bailar bajo la tormenta…


Porque a lo único que nos da tiempo es a vivir...
Tranquilo, descubrirlo es solo cuestión de tiempo


Y tú, ¿vives?


Sofía

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